sábado, 12 de junio de 2010

Mentiras I

Recordó lo que su amiga Daniela le había contado el día anterior y rompió a llorar, allí en su propia cama y al lado de el. ¿Cómo había estado tan ciega? Tenía a su enemigo en su propia cama, lo tenía desde hacía dos años, y lo peor era que alguna vez lo había sospechado, sólo alguna vez, como una persona que quiere a otra y tiene miedo de que la abandonen por sus inseguridades. Y así era. Paolo tenía a otra, o a otro.. ¡quién sabía! Javiera no podía esperar nada de el, ni siquiera un perdón, pero en vez de echarlo de casa, el aún seguía allí, a su lado, compartiendo su misma cama, y con el brazo sobre su cadera. Y parecía que las cosas iban a seguir así, mientras Javiera lloraba e intentaba pensar que decir o que echarle en cara, el roncaba, sin esperar lo que iba a ocurrir al día siguiente.

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